[HistRol] ELEMENTOS: El Despertar de un Mundo

ver éste tema para crear personajes y revisar el universo del juego

La ciudad de Kriptya había sido un oasis en una Elementalia inestable y cambiante durante mucho tiempo. Los magos con su poder mantienen una protección, un muro impermeable de energía mágica y gobiernan a la autónoma urbe con firme sabiduría...
Pero debajo de las altas narices del Consejo de los Magos, pocos y aislados como la ciudad en éste mundo, fuerzas se alzan y se mueven cada vez más inescrutables. La nueva alianza entre artífices y mercaderes está haciendo crecer una nueva clase de industrialistas. Sus invenciones generan nuevas y a veces crueles formas de producción masiva. Con éste dinero, pueden comprar muchos puestos de funcionario en el centro mercantil de la ciudad...


Un sector denso del centro de la ciudad,
conocido como el "Puente de Omeb"

Los gremios de los elementos, debilitados desde la Gran Catástrofe, luchan por mantener su lugar predominante en la vida diaria. Sus modos artesanales, pasados de generación en generación desde hace siglos, han perdido brillo en comparación al artificio. Las artesanías a veces ya no pueden competir con los nuevos artefactos, de baja calidad pero incontables en número. En éste contexto se convocó una Reunión de los Cuatro Gremios, en la cuál se juntarían para discutir el futuro todos los miembros de los gremios Tierra, Agua, Aire... y Fuego.
La invitación al gremio de Fuego había sido controversial. Desde la Gran Catástrofe eran despreciados por gran parte de la población, responsabilizándolos por la destrucción de aquella parte de la ciudad que ahora yacía desierta en el noroeste a los límites del muro.


La "ciudad vieja" antes de la Gran Catástrofe

A los Fuegomantes ahora se los relacionaba ahora con actividades como el contrabando e incluso se los había acusado de comulgar con la infame Hermandad de Asesinos. Pero la situación era grave y el resto de los gremios no podían darse el lujo de dejarlos afuera. Se necesitaba de sus habilidades para enfrentar en términos comerciales y de gobierno a la colusión de moderna maquinaria que amenazaba a hacer de los gremios una mera reliquia del pasado, en apenas unas pocas décadas. La invitación a la histórica conferencia fue enviada por medios discretos... pero aún así no hubo respuesta. La fecha se acerca y el ajetreo y la expectativa van en aumento.
Una semana antes de la conferencia, es asesinado el Alto Revisor de las Cuentas de Kriptya; el encargado de auditar los impuestos y los gastos públicos. Es encontrado apuñalado por la espalda con un cuchillo increíblemente filoso, que sin embargo no se encuentra.
El Consejo de los Magos, presionado por los mercantes, amenaza con intervenir los gremios si no es encontrado el culpable. Al día siguiente, el mago anunciador de tal medida es víctima de un ataque idéntico; aparece sin vida en su torrecilla personal. No hay testigos.
En vista de estos ataques, se declara el estado de sitio y doblan las guardias. Nadie puede salir de la ciudad hasta que se esclarezcan los hechos. Y aún así, cinco funcionarios de mediana responsabilidad desaparecen en los próximos días.
Los gremios se desesperan por buscar soluciones. El gremio de Agua mobiliza búsquedas en los canales y alcantarillas; se les ordenó detener a todas las embarcaciones. El gremio Aire lanza ornitópteros para patrullar los cielos. Saben que el suyo es el que está en mayor peligro de ser intervenido. El gremio de Tierra rastrilla los suelos en búsqueda de evidencia... o cuerpos; una actividad que muchos de los mismos terramantes desprecian por considerarla de mal gusto y por "no dejar descansar a las personas u objetos bajo su última sábana". Encontraron muchas cosas, pero ninguna hasta ahora relacionada a la última oleada.


Mestro de gremio "Lyrion el Inmoral", normalmente invocado y dibujado en los estereotipos y representaciones negativas contra los fuegomantes.

Todos contribuyen, salvo el gremio de fuego, que se mantiene en las sombras, en silencio... ¿Culpable? Aunque no hay evidencia alguna, eso es lo que algunos rumores insinuan, y parte de los oficiales parecen creerlo o alentarlo. Pero, ¿Por qué? ¿Y quién tendría la motivación para hacerlo? . . . Es la tarea de los elementalistas, sobre todo los jóvenes, escabullirse por la ciudad, investigar, y esclarecer estos misterios que mantienen a todos en vela.

Damian

Los odiosos rayos del sol se asomaban nuevamente a traves de mi ventana, llegando a tocar mi rostro e interrumpiendo brevemente mi descanso, mi primer instinto fue cubrirme con las frazadas para poder volver a rendirme ante el sueño, mas sin embargo un pensamiento repentino me obligo a luchar conmigo mismo y obligarme a levantarme

- hoy me toca patrulla

Tras unos breves momentos me encontraba vestido y preparado para salir, abri la puerta de mi habitacion, me deslice por la baranda de las escaleras y me dirigi hacia el comedor donde mi hermana se encontraba terminando de desayunar

- Buen dia corderita -le salude mientras sacudia un poco su cabello, a ella no le agradaba mucho eso

- Damian -dijo algo molesta- te he dicho que no me llames así

- Pero sigo haciendolo no? -me burle un poco mientras tomaba una pieza de pan y un tarro pequeño de jalea de moras- hoy no podre ayudarte a practicar ya que hoy debo patrullar la ciudad

- Enserio? -había algo de interés en su voz- puedo ir?

- Sabes que no osk -tomaba una cantimplora con el sello de los aneraki- apenas eres una estudiante y no estas preparada

- Eres muy sobreprotector sabes? -volteo a un lado de la habitacion

- Si lo se -me rei burlonamente mientras me acercaba a la puerta- pero gracias por recordarmelo

Finalmente con un gesto de despedida sali de la pequeña residencia, la verdadera casa aneraki era una hacienda en los suburbios, pero habia convencido a mi padre de comprarme una residencia en el centro para poder "madurar como persona" o eso queria escuchar el mejor dicho, realmente es por que no soportaba la atencion de la servidumbre, nunca lo he hecho, Osk por otro lado... no estoy seguro de por que decidio mudarse conmigo, pero como entre la compañia y el gremio padre no pasa mucho tiempo en casa no le importo que se quedara conmigo y por mi parte... bueno fue muy convincente.

Gracias a quedarme dormido tuve que tomar un atajo por el mercado hacia la torre de Arquimides, donde me darian mis labores de patrulla y me informarian de mi compañero o compañera, al pasar por el mercado la gente se quedaba observando al joven que corria a toda velocidad sobre los techos de los kioscos.

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llevo un buen rato sin escribir, perdon si parece redundande y/o desorganizado

Un paso, dos pasos, un paso, retrocedo otro paso más y avanzo cinco ¡Treinta y cinco!

-¡Listo!- anuncie volteándome insegura de lo que estaba haciendo, en eso una pila de tierra sale por debajo de mis pies dejándome al menos cuatro metros del suelo, me tambaleo un poco y recupero el equilibrio luego con cuidado me siento
-¿Ves algo?-me pregunto un maestro de tierra desde abajo, niego con la cabeza- Tal vez más alto- en eso eleva un poco más la pila, ahora debe ser unos seis metros por encima del suelo, con cuidado me levanto y observo alrededor, vuelvo a negar con la cabeza- Bien, es todo por hoy- el hombre movió la mano como si quisiera eliminar algo, en eso la pila se cae.
-¡NO!- muy rápido, mi espalda toca con una rampa de tierra y término en el piso sana y salva, esta se desvanece cuando me incorporo- Los ayudo y tratan de matarme- digo sacudiéndome la ropa de tierra y polvo
-Discúlpanos, se me olvido completamente que ni siquiera eres del gremio- el maestro se dio la vuelta- Es una lástima que hayan retrasado la iniciación.
-Si es una pena- y por eso hay que celebrarlo- ¡Ohhh, mira miren!
Agarre el cráneo que estaba en el piso, seguramente salió al mover la tierra, lo sacudí y en efecto era un cráneo, ¿de qué criatura? Ni idea pero es un cráneo.
-Shakaxhi suelta eso- ordeno o balbuceo una joven mujer- Los muertos hay que respetarlos…
-¿Sabes dónde estamos?-pregunte abrazando el cráneo- No tienen derecho de espetarme- hago una pausa y recuerdo donde estoy- Ustedes estaban sembrando y cosechando sobre el.
 
Paso toda la mañana sin hacer gran cosa, observando como removían la tierra, oyendo lamentaciones de no poder iniciar a los nuevos todavía, observando las “hermosas” técnicas del manejo de la tierra, nada digno de admiración.
De piedra en piedra voy saltando a mi hogar, observo el ajetreado paisaje, últimamente todo está en un ajetreo anormal, es simplemente muy escandaloso, tanto así que me estresa, mucho ajetreo para mí y cada día tengo que ir donde el gremio va como un perrito faldero.
No es porque yo quisiese realmente

Puff…

Off: Bueno ya que todos relatan en primera persona, yo también

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- ¡Horno encendido!  -Exclamé mientras pulsaba mi ignitor [un pequeño artefacto que hacía un fuego para manipular. Dicen que los fuegomantes de antes podían generar sus llamas de la propia energía del cuerpo sin ninguna ayuda de artilugios, pero hoy no había ninguno vivo en Kryptia que demostrara o pudiera enseñar públicamente la habilidad] y hacía un movimiento con la palma hacia la base del alto horno de hierro. La llama roja subió y esa sección de la habitación estuvo iluminada.

- ¡Massimo! - Me retó mi maestro de gremio- Ya te dije que un horno de éstas características se enciende con el quinto movimiento de dos dedos... no con la palma... así no podremos avanzarte.

- Da lo mismo, ¿está encendido o no? - Le dije sin darme mucho cuenta de mi falta de respeto.

Maestro (con paciencia): - Sabes que el gremio fuego está al filo de la navaja... ahora el Consejo dice que ha encontrado una navaja de Asesinos en la escena del último crimen. Buscarán usarla contra nosotros, ya dicen que solo el Gremio Fuego hace un acero tan afilado.

- Y tienen razón, ¿Verdad? -Le pregunté.

Un ayudante miraba nervioso, como si no deseara que esos temas se tocaran.

- Sí... tú ya te has enterado que vendemos tales armas... -Respondió mi maestro- Pero el gremio de asesinos tiene un código de acción, que consideramos honorable, y nunca atacaría a tales instituciones. Nos es completamente contrario a los intereses de ambos.

- ¿Qué pasa si los Magos realmente deciden intervenir a los gremios elementales? Seguramente no lo permitiríamos...

- Eso no te corresponde a tí saber ni decidir. -Le contestó severo su maestro, Blark, mientras tomaba en su mano la barba con un gesto repentino.

- Detesto que me guarden cosas, yo soy parte del gremio y un miembro que he demostrado confianza, valor, y he pasado la segunda parte de las iniciaciones! - Contesté algo frustrado por no poder participar en las decisiones gremiales aún, por no ser Maestro. Sabiendo que le respuesta no me gustaría, me dí la vuelta y salí de la bóveda subterránea en la que estaban los hornos de las Orillas, subiendo rápidamente las húmedas y viejas escaleras hacia la calle.

- ¡Que seas un prodigio de la fuegomancia no te da más derecho que a ninguno de los demás, Marinetti! ¡Recuerda eso! -Me llegó la voz de Blark al cerrar la puerta.

Por supuesto, él era un Esforzado. Por más conocimientos que acumulara, nunca entendería lo simple que era para mí manipular la llama o cómo la sentía como una extensión de mi propio cuerpo. Casi sin darme cuenta, en frente del sobrepoblado canal de río hice unos movimientos agresivos atacando al aire con pequeñas bolas de fuego   . Distraído en mis pensamientos, no me doy cuenta de lo que acontece.
Antes de que lo note, dos gremialistas de Aire bajados del cielo, con insignias de patrulla y ornitópteros plegados en la espalda, me toman del hombro.

- Fuegomante, estás bajo custodia por ataque. -El más alto anuncia sombríamente.

Aturdido por el suceso, examino los hechos... el ornitóptero está quemado, las ropas grises de gremio tienen chamuscos. Uno de mis movimientos descuidados debía haberlos alcanzado...

Los vigilantes de aire lo llevaron a una especie de cárcel de papel y telas (?) - se ve que no eran muy buenos construyendo cosas.

- Hola... soy un fuegomante, creen que ésta ridícula celda me parará? - Les dijo Marinetti mientras cerraban la "puerta", un nudo de cuerdas intercaladas. Ni siquiera le habían sacado su ignitor, aunque ahora que lo pensaba, no muchos en los otros gremios sabían de su existencia, y él no lo revelaría...

- No es necesario. -Le replicó la chica de los guardias, muy seria- Si causas más problemas, todos a quienes conocen quedarán desprestigiados. Sabemos que los gremios respetan sus códigos, ¿No es así, elementalista?

Marinetti calló. Tenían razón; aunque pudiera escapar fácilmente quemando el lugar, si él hacía algo, todos los suyos caerían en desgracia. El sistema "funcionaba"...

- Oye, y tú qué hiciste? -Le preguntó un Sonidomante bajito y rechoncho de la celda de en frente, con una voz muy fuerte.- Yo estoy aquí por difundir información contra el consejo de magos, peligroso eh? Eso me dicen... Pero esos viejos... sabes que no hacen nada bueno, ¿Verdad? Están detrás de todo...

- Ehm... como digas. -Contestó su interlocutor. A Massimo no le simpatizaba el consejo de magos, pero esos conspiracionistas que abundaban en las Orillas eran exagerados y caricaturescos.

- ¿Qué no estás enojado? No sólo te arrestaron por nada, seguro eres inocente como yo, sino que además, si sigue el estado de sitio, suspenderán la cacería anual de Familiares! Para un elementista de los tuyos eso debe ser grave... sólo hay una cada dos años... Hubiera sido bueno conseguir un loro parlante para mí...

La Sublime Cacería de familiares. Massimo lo había olvidado del todo debido al ajetreo de las últimas semanas - El evento bianual en el que los elementistas de todos los gremios salían en expediciones guiadas fuera de los límites de la ciudad, a buscar los familiares en las Extensiones Salvajes. Los Familiares eran animales elementales que amplificaban mucho el poder de sus dueños y los asistían. Él había puesto sus esperanzas en conseguir una salamandra de Nihzi-Dondu, las más energéticas de todo el Continente Luna... pero si era cancelada por la prohibición de salir... no tendría familiar por dos años más.

- Buena información... -Murmuró casi para sí mismo.

- Sí, ¿Filosa no? -Sonrió el sonidomante en frente finalmente sintiéndose apreciado.

- Filosa... eso es! -Exclamó moderando su voz Massimo. Sacó de dentro de su bota un pequeño cuchillo, de los que había forjado durante sus prácticas. No era perfecto ni muy ornamentado pero serviría. Calentó la hoja, y pronto salió corriendo por entre los pisos caóticos de ese puesto de Aire...

- EH! NO ME DEJES AQUÍ! -Le gritó el sonidomante, y él se quedó paralizado. La voz era como un huracán y seguro los guardias la oirían. Usó el cuchillo para liberar al sonidomeante a condición de que se callen. Siguió su camino con ese "peso" ya que su compañero era demasiado lento, pero era tarde. En su huia ante las puerta se chocó pecho a pecho con un patrullero de Aire... Damian Aneraki

Igual que padre, hmp~ -Dije aunque mi hermano ya hubiese salido de la residencia...

Al menos estar aquí es mejor que en la casa principal... Allá no.. Bueh~

Me asomo por la ventana y le veo irse apresurado.

Realmente me aburre practicar sola, y ninguno de mis compañeros quiere practicar en lo que casi el único día libre que tenemos por los momentos...

Rápidamente hago una desición, cierro con llave y antes de perderle de vista, me dispongo a seguirle, total, no tengo nada que hacer y realmente en los patrullajes nunca pasa nada peligroso~

-Damian está exagerando~ - Me digo antes de saltar por la ventana.

Después de un rato lo pierdo de vista, ya que no le puedo seguir el paso... pero de todos modos empiezo a buscar el puesto de vigilancia más cercano, seguo que se dirige allí.

-Ahora que recuerdo, espero no haber dejado la cocina encendida...Hmm- Mientras camino veo a algunos re-vendedores y los evito a toda costa, realmente son muy molestos estos días.

Al poco tiempo termino olvidando mi misión, y termino paseando por las concurridas calles del centro de Kriptya, incluso me encuentro con unos compañeros del gremio y hablamos un rato...

-Que día tan soleado...-

- Que dia tan soleado -decia con falta de animo- y uno aqui teniendo que vigilar un lugar tan aburrido.

Damian caminaba totalmente aburrido por los pasillos de aquella prisión de papel, sin duda hubiera preferido quedarse con Osk a estar ahi atorado, por un momento creyo escuchar algun ruido, pero nada realmente importante, hasta que choca con algo impidiendo que siga divagando

- pero que! -dijo al unisono junto a otra persona

Al fijarse habían dos personas frente a el, un hombre bajito y de apariencia fragil y otro mas alto que vestia la túnica del gremio del fuego.

-Oh diablos -murmuro el mas bajo mientras me observaba- nos descubrieron, estamos perdidos.

El Fuegomante volteo hacia el mas pequeño y le murmuro algo que no pude escuchar bien.

- Vaya vaya, que tenemos aqui -empeze a hacer gestos de prepararme para pelear- no son dos prisioneros tratando de escapar de la prision verdad?

- Eh, no para nada -trato de mentir el fuegomante- buscabamos el baño.

tanto yo como aquel hombre que lo acompañaba nos quedamos mirandole

- Es lo mejor que pudiste inventar?

el suspiro y luego creo una cortina de humo, la disipe con una corriente de viento solo para verlo correr al otro lado del pasillo

- muy bien, si asi quieres jugar -fue lo ultimo que dije antes de perseguirlo

- Corre, gordo, o te dejaré atrás! - Le decía el fuegomante a su improvisado compañero mientras huían por los pasillos de la supuesta prisión...
Demian mientras se lamentaba sólo saber las técnicas para lanzar aire, pero no aún las más avanzadas para absorberlo, que le permitirían parar la huida de esos "rufianes".

Marinetti pasó por las puertas empujando con sus hombros a los guardias de la entrada y deslumbrándolos con chispas. Logró salir así a las ajetreadas calles de la zona portuaria. El otro no lo logró; su panza no pasaba entre los guardias.

Massimo esperaba perderse pronto en la multitud cuando de repente, mirando hacia atrás por si lo seguián, volvió a chocarse contra gente. . . ésta vez del gremio de Agua.

- Uh, ¡disculpen! -Dijo, cambiando rápidamente de rumbo. Pero los gritos no se hicieron esperar; era un gremialista de aire diciendole a los de agua "Es un criminal! Que no escape!"

Parte del agua del río se movilizó de pronto, levantándose como si fuera una criatura viva, y una fracción se solidificó como un muro en frente de Massimo. Éste blandió su daga para apuñalarlo antes de que termine de formarse, pero eran muchos maestros enemigos y pronto los muros de hielo lo acorralaron en todas las direcciones.

...

Alrededor con el pasar de los minutos se había formado una pequeña multitud.
Los del gremio Viento, incluido Demian, seguían sin embargo siemdnoop los responsables, aunque un par de aprendices de agua se quedaron reforzando y manteniendo los muros hasta que llegara el funcionario correspondiente.

Ésto tomó casi un día completo, y a quienes guardaban no se les permitió comer nio dormir, tal era lo "crítico" del asunto.

Pero en un momento inesperado, un muro de hielo se abrió y él pasó custodiado por Demian y su compañero, que eran "responsables" del "fugitivo" Marinetti.
El rango del funcionario era inusualmente alto: El nuevo vocero del Consejo de los Magos. Algo inusual estaba pasando.

- Vaya vaya, pero qué tenemos aquí... -Murmuró irónicamente al ver al prisionero.- Podrías haber esperado al juicio, en vez de ya declararte culpable intentando escapar. -Se burló de Massimo.

- Ustedes ya nos han declarado culpables, a mí y a todo el gremio de Fuego... por los asesinatos, y sin un ápice de evidencia. -Replicó, desafiante, el Aprendiz.

- Veo que eres todo un rebelde... pero dime, ¿Qué usaste para cortar la retención de la instalación de Aire? ¿Un cuchillo finamente afilado, verdad? ¡Es toda la evidencia que necesitamos y la tenemos! Por lo tanto, por las atribuciones del Consejo de los Magos, ¡Te declaro culpable de Magnicidio!

- ¿¡Qué!? Ésto tiene que ser una broma, hay miles de personas en la ciudad con cuchillos afilados y yo...

- Silencio, que no he terminado. -Continuó el vocero, de nombre Zsarnus, mientras los airemantes miraban expectantes.- Bajo circunstancias normales, tu pena sería de muerte...

- ¿Cómo dice? Más fuerte que no le oigo, ¿Que me deberían liberar inmediatamente por falta de pruebas? -Continuó Marinetti pensando formas de huir, pero estaba demasiado custodiado.

- Muy gracioso... su sentido del humor es casi tan filoso como las dagas que efectuaron sus crímenes. Pero la sabiduría de los Magos es alta y profunda, así que tu sentencia será misericordiosa y útil. Formarás parte de una expedición afuera de los Muros de la ciudad... algo que muchos consideran peor que la muerte, por cierto.

Los ojos de Demian se abrieron bastante al escuchar ésto. Era una rareza que los Magos enviaran a alguien afuera... ¿Y útil? ¿Cuál sería tal utilidad?

El funcionario miró de reojo, como asegurándose que todo estaba en orden y nada interferiría con lo que estaba a punto de decir.
- En Nihzi-Dondu se ha asentado una fuerza más oscura que cualquier pequeña muerte de una o dos personas... allí, muy al norte del continente, en la antigua fortaleza de los Duendes de fuego, hace tiempo extintos... se ha refugiado un Nigromante.

- ¿Escuché bien, un NIGROMANTE? ¡Creí que no eran más que mitos! -Interrumpió casualmente el primogéniuto de los Aneraki, sin darse cuenta de estar fuera de lugar.

- En efecto jóven. -Contestó el funcionario como si tal pregunta fuese del todo esperada- Los Magos estan buscando reunir un equipo casi suicida... todo nuestro ejército está luchando contra las Tribus de la Arena y no se pueden conscribir muchos más Elementalistas... por el momento. Los gremios no lo tolerarían. pero una fuerza de élite, ágil, pequeña, y capaz de infiltrarse, es exactamente lo que necesitamos. ¿Quién mejor que un asesino de fuego... y sus captores? Pues ambos muestran las cualidades que necesitamos... y necesitamos unos para balancear a otros.

Marinetti tenía deseos de objetar de nuevo, de decir "¡Y por qué me uniría a su tonta fuerza suicida!?"... pero por un lado, no tenía opción. Y por el otro, secretamente le estaban dando exactamente lo que quería. En Nihzi-Dondu estaban los antiguos templos de su arte, de antes de que existieran los gremios... y sus amadas Salamandras. Por supuesto, él sólo había oido historias: Nunca había salido fuera de las inmediaciones de la ciudad.

- ¿Eso significa que yo también estoy reclutado? -Dijo el Airemante.

- En efecto... y sé bien quién eres. -Respondió perspicazmente el funcionario.- Mejor trae a tu hermana contigo... no querrías dejarla aquí con la ciudad tan internamente inestable.

Los trasladaron brevemente a una especie de lujoso edificio administrativo y allí les ofrecieron comidas y bebidas, permitiéndoles dormir para quitarse el cansacio de la anterior persecución y otros sucesos... pero sus mentes estaban en el futuro.


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Off: Si quieren formas fáciles de seguir....
Moika y Coold pueden decidir cómo le dan las noticias a ella y si es él u otra persona quien lo hacem cómo la recibe etc.

Yo diría que Oniu est´pe harta del gremio de tierra, se le filtre la informaicón por poder escuchar las vibraciones terrestres, y decida colarse al grupo ahora o cuando salen

Off: Puntos justos en efecto. Aunque también podría ser que aquí, sentir las vibraciones de la tierra no es una habilidad especial sino lo primero que te enseñan en el gremio... de todos modos, supongo que eso por ahora quedará en el reino de la conjetura (?)

Respecto a lo otro, es una historia interesante pero notar que según otra historia de Elementalia que pasó como 500 años antes (en el tiempo del universo, claro, el foro no existe hace 500 años... aún ) ya era una ciudad... por lo que simplemente todo eso debe ser muy muy antiguo - si bien es plausible ya que nunca se dijo como llegó a ser lo que era.

Lo malo de esa continuación es que no continúa la parte donde estoy yo y los demás, así que mejor espero que Coold o Moika sigan eso

[escenas faltantes]

Entraban a la guarida del Nigromante; el castillo estaba hecho pedazos, como si de hecho no hubiera sido utilizado por cientos de años, quizás miles. Al entrar en el salón secreto se encontraron con que el suelo inconfundiblemente estaba poblado por esqueletos... esqueletos antiguos, de baja estatura. Massimo había leído sobre ellos; eran los legendarios Duendes de Fuego, que alguna vez habían poblado los salones de Nihzi-Dondu en tiempos perdidos a la memoria. La situación les daba mala espina a todos menos Oniu[nombre?], que por su tiempo con el Gremio de Tierra ya estaba acostumbrada a ver restos humanos y animales en las excavaciones. Sin embargo, mala espoina o no, debían atravesarlo, pues las otras entradas eran infranqueables.
Paso a paso, los pequeños pero fuertes huesos crujían bajo las pisadas del grupo, ¡pero no fue la única razón por la que crujían! Como un rompecabezas alzándose frente a ellos, primero un esqueleto completo y luego otro se levantaron de entre el mar de muertos. Blandían cada uno en sus manos una lanza más negra que la misma negrura, como si toda la luz del mundo se acabara en su silueta. "Bah esqueletos", dijo Coold(N?) confiado, como si se hubiera enfrentado a amenazas semejantes muchas veces; se movió para lanzarles una ráfaga de viento... pero ésta simplemente pasó por entre los huesos.
- Muy inteligente hermanito. -Le reprochó Moika(N)
- Los esqueletos casi no tienen superficie consistente, el viento no los vencerá... -Declaró Massimo mientras se les aproximaban; ¡Quizás el Fuego!
Lanzó así una llama dirigida de un metro y medio de longitud, que desarmó al chamuscado esqueleto; sus huesos se consumieron en las llamas con notable celeridad. Pero la lanza negra que éste blandía pasó por el medio de las llamaradas y se clavó en el pecho del elementalista. Afortunadamente llevaba una armadura semiflexible, pero eso sólo le previno la muerte y no la herida. En ese momento le pareció que la lanza estaba hecha de algún tipo de frío sideral, pues drenó su calor y le heló la sangre. Con un movimiento la rechazó quitándosela, pero cayó exhausto al suelo; el otro esqueleto se le acercaba, y cuando intentó atacarlo de la misma forma que lo había hecho antes, no más que una chispa de humo salió de la punta de su encendedor. Al instante lo rescató Oniu(N), con una patada voladora; el ligero esqueleto de duende no pudo resistirlaa y cayó hacia atrás al suelo, desarmándose.
- ¿Estás bien? -Le preguntó ella a Massimo.
- No... estoy seguro. -Contestó éste.- No estoy muy herido pero siento que perdí mis fuerzas.
- Oh, oh, oh... -Murmuró Moika(N)
- ¿Oh qué? -Inquiría el elementalista de fuego, aún sentado.
- Creo que has sido víctima de un arma anti-elemental... no tendrás poderes hasta que no se limpie y cure la herida.
- Genial, lo que faltaba.
- No, eso es lo que faltaba! -Señaló Demian, ya que otros dos esqueletos más del montón se estaban levantando. Se colocaban en postura de ataque con sus lanzas como auténticos soldados de élite.
- Saben, siempre creí que serían más lentos y torpes. -Afirmó Moika(n)
- Estos esqueletos tienen una especie de memoria, no son meros títeres... -Aventuró Demian.- Cualquier entrenamiento que hayan tenido en sus vidas pasadas, lo estan aplicando.
Massimo se levantó trabajosamente de vuelta sobre sus pies: ¡Pues apliquémoslo también nosotros entonces!
- Todos menos tú. -Rió su compañero.

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Mientras tanto en el trono oscuro de Nihzi-Dondu, el Nigromante miraba a través de una esfera de cristal los movimientos del grupo, al tiempo que realizaba numerosos gestos con las manos:
- Inteligente, pero nunca han visto muertos reanimados en sus vidas. -Se dijo para sí- ¿Éstos son los grandes héroes que iban a salvar los gremios de Kriptya? ¿Los derrotaré con un par de duendes antiguos? Quizás no... en cualquier caso, con las pistas equivocadas llegan a las conclusiones correctas. No tienen idea de que todos los cadáveres reanimados se mueven aún sin conciencia en base a cómo lo hacían en vida, y que todo se trata de activar las cuerdas correctas... Sin embargo más allá de eso no sospechan aún que además de un maestro de la Nigromancia, también soy un iniciado de las sombras... y si son tan ingénuos como esos tontos del Consejo de Magos de la ciudad, nunca lo sabrán tampoco. Las memorias y riquezas de la familia Aneraki, así como los secretos del gremio de Fuego, pronto serán todos míos...