(Historia) Piratas Robot en el Salpicón de Eurípides

Citación :

En una serie de islas de Alta Mar conocido como el Salpicón de Eurípides se encontraba el más temible gremio de bucaneros de todo el océano Atlantífico: Los Circuitos Chispeantes.

Estos infames piratas pertenecían a modelos de robots con defectos que les daban voluntad propia; se alejaron de la civilización para vivir por fuera de la ley, robando lo que pudieran para sobrevivir. Para mantener sus circuitos necesitaba cantidades considerables de cobre y oro, que comenzaron a saquear de las naves mercantes que pasaban.

Sin embargo pronto descubrieron que las islas Eurípides no eran el paraíso inhabitado que parecían ser. Este lugar que confunde las brújulas con sus muchos fenómenos (por ahora) inexplicables como tormentas electromagnéticas que destruyeron a muchos pobres robots mal protegidos, pero eso no era lo peor... sino la presencia, no de humanos, sino de versiones superinteligentes de distintas clases de otros simios. Estos extraños seres tomaban diferentes profesiones y se vestían como humanos ("¿Puedes creerlo? ¡Animales con ropa!" -Gritó una voz metálica; un robot con una pata de palo y un garfio, con un loro en su hombro). Entre los metálicos y ellos se generó una guerra sin precedentes por el dominio y la existencia. Especialmente desafortunado fue el encuentro con monos araña ninja, que destruyeron una operación completa del cargamento robótico... "

Ésta parte siguiente no deja de ser canon, pero no es relevante leerla para la historia actual...

Ver partes innecesarias:

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Off: Como verán esta es una historia loca, cómica, libre y divertida, hagan lo que quieran, pueden ser un mono secretivo o un pirata robot ou otra cosa

por cierto,, a propósito de la historia, o más bien apenas un poco relacionado:



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Pero los Mandiles lanzaron bombas de humo, y los robots guardias pirata (?) se encontraron sin posibilidad de ver (además muchos de ellos usaban parches innecesariamente )

- Arrrrgh... por el escorbuto robot! por qué a nosotros? -Rugió Barbaplateada al ver que el humo se había disuelto y ya no quedaban mandriles, y que, de hecho, habían sellado el hoyo en la pared ue usaron momentos antes para robar.

- ¿Por qué a nosotros? Pues... déjeme pensar: Porque llegamos a estas islas, porque construimos una bóveda, porque acumulamos riquezas, porque hicimos las paredes de aluminio de 1cm de espesor, porque nos burlamos de los monos y robamos el sombrero de su líder...

- CALLA! -Gritó de nuevo el jefe mientras daba un sonoro coscorrón metálico a Latonin. - Era una pregunta retórica. Inútil...

- Disculpe la interrupción... pero me parece que la mayor parte del tesoro sigue intacto. -Señaló el profesor.

- Grrr, no es eso. -Gruñó el capitán.- Es una cuestión de honor y además...

- ...Faltan nuestras tablas de compradores, registros de ventas y discos portátiles con los mapas marítimos... -Agregó un guardia revisando las existencias.

- ¿QUÉE? ¿QUIERES DECIR QUE DEBEREMOS NAVEGAR A CIEGAS? ¡MALDICIÓN! -Gritó aún más fuerte el capitán, y pateó una pila de chips sueltos de colores brillantes y que parecían muy valiosos. Los demás se estremecieron...

Pero uno de esos chips comenzó a brillar, y de allí surgió un holograma de un jóven que parecía casi real. Llevaba un traje formal azul brillante, anteojos y un bastón.

- Disculpe. -Dijo el ser hecho de luz sólida.- No pude evitar escuchar su dilema. Soy DAVID (Dadivoso Agente Versátil Invencible y Diligente), el asistente portatil perfecto para cualquier aventurero. Estoy en mi período de prueba así que podrán tenerme gratis por sesenta días. ¿Aceptar o cancelar?

- ...aceptar? -Musitó el capitán, anonadado.

- ¿Acepta los términos y condiciones de uso? -En el aire parecían miles y miles de palabras, jerga legal incomprensible en algún idioma poco conocido.

- Sí, sí, sí.

- Presione cualquier tecla para continuar.

- ... ... ... No veo ninguna tecla.

- Creo que se refiere en el chip. -Indicó el profesor, y lo tomó en sus manos. Al parecer era lo que estaba proyectando el holograma, y tenía tres teclas (una roja, una verde y una azul). Tocaron todas a la vez...

- ¡Creí que nunca me liberarían! -Clamó, maravillado, el programa.- ¡Ahora les concederé tres deseos!

- ¿En serio? ¡Deseo la paz mundial! - Deseó ingenuamente Latonin.

- Jaja, mentí. No concedo deseos, pero sí los ayudaré en lo que pueda. Después de todo, es mi propósito, ¿No es así? - Preguntó el holograma David, con una nota sutílisima de ironía en su voz, y cierta sonrisa misteriosa. Gestos que al resto, por ser robots, les pasaron completamente desapercibidos...

¡UTILIZARÉ ÉSTA HISTORIA AUNQUE SEA LO ÚLTIMO QUE HAGA!

MODO SEMI-REINICIO ACTIVADO


(Nada de lo anterior deja de ser verdad, solo cambia el foco)

 ¡PARTICIPEN PALURDOS SI QUIEREN  LA GLORIA DE VIVIR POR SIEMPRE... EN LAS PÁGINAS DE LA HISTORIA! 

El Salpicón de Eurípides era en realidad un mundo entero, hecho de innumerables islas e islotes.




Alguna vez en él habían florecido incontables ciudades y civilizaciones. Ahora casi todas ellas yacían abandonadas. Los habitantes no conocían sus historias ni dominaban sus tecnologías o conocimientos.

Pero éstos habitantes no eran comunes. En las cadenas de islas tropicales y ecuatoriales, asentamientos de simios inteligentes poblaban los bosques y las selvas. También habían otras especies de animales superdesarrollados, con la habilidad del habla e inteligencia similar a la humana.




En el mar, sus eternos némesis, los piratas androide, deseaban hacerse con todos los tesoros de ese mundo. Algunos hasta afirmaban que éstos comerciaban con extraños seres de más allá de las estrellas. Por supuesto, estos eran sólo rumores, incluso para la mayoría de los robots. Lo cierto era que éstos piratas se encontraban en un conflicto perpetuo y relaciones de amor-odio (son formas de decir, ya que los robots no se supone que sientan esas cosas (?)) no sólo con los simios, sino también entre sí.




A través del Salpicón, cuyo tamaño se supone significativamente superior a la Tierra (y está mayormente inexplorado), son comerciados artefactos raros y con muy publicitadas propiedades místicas. Ninguno de ellos, sin embargo, se compara a la mística Estrella Caída. A ella se le adjudican los más extraños y maravillosos poderes, como si fuera la suma de todos los tesoros imaginables. Naturalmente, aunque muchos dicen haberla visto o conocido su locación, nadie pudo probarla o encontrarla... hasta ahora.

* * *

XVK2, mejor conocido como El Pirata Equivocado, se revolvía tratando de asirse a la playa. Se encontraba en buen estado aún, a pesar de, por supuesto, hallarse empapado de agua de mar.

- No aprecian mi sueño... digo, mi genio... les mostraré... -Refunfuñó para sí mismo, mientras se sacaba la arena de encima de su piel sintética.

Quizás era la sal afectando sus circuitos pero sentía aún más claridad que antes. Su tripulación lo había echado por haberlos hecho buscar por meses la Estrella Caída sin resultados. Lo habían hecho caminar la tabla, para ser precisos. Pero él estaba seguro de que su mapa era auténtico. Lo sacó de un bolsillo artificial de almacenaje y allí estaba... marcada con una enorme cruz roja fluorescente. Aún se encontraba muy lejos, pero valdría la pena.

Ahora sólo necesitaba conseguir otro barco y tripulación, ésta vez unos que no sean llorones. Unos que esten dispuestos a llevar el viaje hasta el final.

Por lo que vió cuando estaba en su embarcación, esa isla estaba habitada. No sabía si por simios, por robots, o qué, pero al moverse unos arbustos, era seguro que estaba por averiguarlo...

¡AHORA CON ENTRADA EN LA ENCYCLOPAEDIA Y MUCHA INFORMACIÓN DE FONDO!
Miren...

El Salpicón de Eurípides

XVK2 miró a esos arbustos que se movían. Su barba sintética se llenaba de estática. ¿Sería ese su próximo compañero? ¿Se lanzarían a imposibles búsquedas en los mares infinitos de Eurípides? ¿Batallarían enemigos imposibles y realizarían escapes milagrosos?

Detrás de las hojas, salió sólo un ratón.

- ¡Es inútil! -Rompió en llanto el solitario pirata.- Nada tiene sentido en ésta existencia... a veces me pregunto para qué me construyeron.

Pateó una piedra. El ratón aún lo miraba, y se acercó.

- Vete de aquí estpupido roed... ¡UN MOMENTO! -Saltó, como recuperando la alegría, y su chasis hizo ruidos metálicos retmbando.- Tú... tú serás mi compañero de aventuras.

Secándose de los ojos el aceite con las mangas de su atuendo, ofreció la mano al ratón y éste subió con gusto.

- Te llamaré Muaddib... y me acompañarás a través de la travesía en este desierto de agua.

Inmediatamente, algo hizo saltar chispas en su interior. Sólo una isla conocida tenía ratones. Acceso su banco interno de imágenes y encontró la data que poseía. Debía estar en uno de los rincones de las costas de Ether'i, el puerto más alocado de la región. Restaurado de las ruinas, habitado por robots como él... Sólo debía acercarse a los muelles y conseguir una embarcación...

Aún tenía créditos virtuales... pues había hacjkeado la computadora de su embarcación "por las dudas" antes de que su tripulación lo lanzara por la borda. Todo el dinero estaba cómodamente loguado en su conveniente USB, que había guardado en su bolsillo intern...

¡ESPEREN QUË ES ESO!

No estaba... no estaba, el USB drive no estaba en su bolsillo! Pero lo había sentido unols segundos antes, qué sus redes neurales fallaban o qué?

Se dió vueltas y vueltas escaneando ocularmente el área...

Y AHÏ LA VIO! Una mujer gato escapaba con su USB Y CON MUADDIB EL RATÓN PIRATA!

Jamás... jamás lo lograría. Para Equivocado ésto era intolerable. La persiguió corriendo a pesados pasos, pues las articulaciones de sus piernas estaban oxidadas por la sal marina y aún chorreaba agua y pequeñas formas de vida del lecho oceánico.

Mientras corría y saltaba por los árboles de los bosques de la isla, la ladrona cantaba bajo, con una extraña tonada batmaniana:

- Nanananannanananan... ¡Moika!

Finalmente, debido a su ingenio robótico y su velocidad máxima superior, acorraló a la bandida, quien estab vestida a la usanza ninja.
Equivocado rápidamente convirtió uno de sus brazos en un mosquete y apuntó:

- Quieta o disparo. Y juro por Júpiter Robot que no fallaré...

- Ah, sí... -Murmuró siniestramente con aguda voz gatuna la chica- pero qué tal si en vez de eso tienes que... ¡Atrapar ésto, chabacano!

Dicho y hecho lanzó a Muaddib al aire... equivocado tenía una sóla decisión, atrapar a Muaddib su improvisado compañero de viaje, o disparar a la bribona y recuperar su USB y el dinero con el cual pensaba comprar un nuevo barco y pagarle a la nueva tripulación.


Y eligió a su compañero. Porque, ¿Qué es el tesoro más grande, si no tienes nadie con quien compartirlo?
Incluso, aún si no tienes el tesoro, necesitas a alguien con quien compartir el viaje...

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*Interrupción mostrando al pirata de bob esponja*

Y esa niños, es la moraleja del día ...

Cuando levantó la vista, la ladrona Moika había desaparecido en una nube de humo.

- Ninjas...

Pero antes de que la nube se hubiera disipado, el ex-capitán se acercó a ella y tomó una muestra. Luego de colocarla en su analizador, conoció su composición molecular.

- Hmmm... trazas de Cadmio, Muaddib. -Monologó con su compañero ratón.- Sólo hay un lugar donde podría haber conseguido eso en ésta isla... ¡La tienda de King Koold!

- ¡Squee! -Respondió el roedor.

Así, Equivocado se dirigió a la ciudad.

Al verla de lejos le pareció grandiosa. Sus altas torres y mercados llenos de actividad. Verdaderamente era uno de los puertos más activos de la región. Sus calles estaban llenas de animales humanoides y robots conviviendo y cualquiera hubiera pensado que eso se trataba de una utopía.

La realidad distaba mucho de eso. Detrás de las apariencias brillantes y la pretensión de convivencia, Saranicur (pues tal era el nombre de la ciudad-puerto) era un lugar despiadado. Sus lejes eran el comercio y el engaño. Sólo la perspectiva de ahuyentar a clientes y vendedores prevenían la violencia, junto con la fuerte presencia de mercenarios en cada esquina, feria y mercado.

Equivocado prefirió no comunicarse con nadie. Los gestos de amistad se hubieran disuelto si esa gente sabría que estaba totalmente seco de dinero. Su información sobre la Estrella Caída sería tomada como una de tantos rumores o falsificaciones... o aún peor, tomada en serio, lo cuál haría que alguien la encontrara sin él.

Sencillamente se dirigió a la tienda del tal "Rey Koold", la mejor para pociones, y polvos (frecuentemente usados por esos escandalosos ninjas)... ahí esperaba obtener información, o incluso encontrar, a la ladrona Moika, y recuperar sus posesiones!